Project Description
El título que Mar Solís ha decidido utilizar para su actual exposición en el Pabellón Villanueva del Botánico de Madrid pertenece al universo (o “a los mundos”) de la física: “Principio de Incertidumbre”, también conocido como “Principio de Indeterminación”, título en verdad muy “creativo” otorgado por el físico alemán Werner Heisenberg.
Ante el hecho irrefutable y demostrable de que uno, quien escribe es texto, no tiene la más mínima idea de física cuántica me dispongo a transcribir lo que al respecto he buscado y encontrado. “En mecánica cuántica el principio de indeterminación de Heisenberg afirma que no se puede determinar, simultáneamente y con precisión arbitraria, ciertos pares de variables físicas, como son, por ejemplo, la posición y el momento lineal de un objeto dado”. Naturalmente, yo sigo en la más absoluta ignorancia, pero al menos me permite fantasear con frases como “la posición y el momento ideal de un objeto dado” cuando contemplo las complejas esculturas creadas por Mar Solís, e incluso salirme de una cierta “lógica de la visibilidad” cuando intento comprender determinadas estructuras de composición entre unas obras y otras; o “sumergirme” –o “ser tragado”, literalmente- por los vertiginosos remolinos de los trabajos en papel, que en su fiera cualidad oceánica se asemejan a los círculos creados por corrientes marinas a modo de un “Maelstrom” de violenta atracción hacia su centro.
El trabajo de Mar Solís posee en la geometría –mejor: en una idea de la geometría que no obedece a su propio rigor explicativo, una geometría digamos «orgánica», o que a sí misma se vence y se derrota— uno de sus más valiosos elementos de estudio, análisis y composición.
La diferencia, entonces, entre “Principio de Incertidumbre” y “Teoría de las Catástrofes”, realidades ambas ciertamente “creativas” vistas desde los universos artísticos, en la obra de Mar Solís se “resuelve”, o a mí me lo parece, en los análisis y estudios realizados por un gran artista, justamente famoso por haber realizado una obra icónica por medio de una espiral (forma geométrica muy querida y trabajada por la autora de estas obras). Me estoy refiriendo, claro está, a la bellísima “Spiral Jetty” de Robert Smithson, y sobre todo a sus investigaciones en torno al concepto de “entropía”, y que perteneciente a la ley del mismo nombre predice la inevitable extinción de la energía en cualquier sistema dado, la disolución de cualquier organización en el desorden y en la indiferenciación. Es famoso el ejemplo que Smithson utiliza como ilustración de la entropía: “Imaginemos un cajón de arena dividido en dos mitades, con arena negra en una y arena blanca en otra. Hagamos que un niño corra por ella cientos de veces en el sentido de las agujas del reloj hasta que la arena se mezcle y empiece a volverse gris. Si, a continuación, el niño corre en sentido contrario a las agujas del reloj, el resultado obtenido no será la restauración de la división original, sino un mayor grado de grisura y un incremento de la entropía”. ¿Acaso esta definición no es, por ella misma, una sofisticada lectura de la unión entre la física del “Principio de Incertidumbre” de Heiselberg y la “Teoría de las Catástrofes” del matemático Thom?
Pues bien, la estupenda muestra de Mar Solís vendría a ser una entropía de la irrenunciable cualidad poética de su trabajo.
Las imágenes que ilustran este artículo son de Pancho Jaramillo, salvo la de portada, que es de la propia Mar Solís
«Origen I»
©Pancho Jaramillo
«Furico», 2020.
©Pancho Jaramillo
«Origen II», 2020.
©Pancho Jaramillo