¿Qué es Autofobia? Autofobia es desasosiego, miedo secreto, el juego de lo oculto engrandecido por ser eso mismo. Pero también es una sonrisa sugerida, quizá de alivio, suspendida en nueve relatos protagonizados por mujeres donde la presencia de la magia es ineludible. De todo ello y más hablamos con Cristina Serrano, la autora, y con Charo Fierro, su editora.
Hay veces en que se avienen los astros, se habilita la pócima y el aire que parecía de lluvia se hace de pronto transparente y posibilita la luz. Es entonces cuando ocurre la magia, cuando una tarde de jueves cualquiera de octubre, se fija en una tarde única y nada de cuanto digas o hagas puede salirte mal. Puedo decir sin temor a equivocarme –creo firmemente que sigo aún bajo el hechizo–, que eso mismo nos ocurrió la otra tarde del 17 de octubre en Cafebrería ad Hoc con motivo de la tertulia en torno al libro Autofobia, de Cristina Serrano (Ed. Huerga y Fierro). Llegaron silenciosas la escritora y Charo Fierro, la editora. Y lo hicieron prontito, cuando literalmente, en Cafebrería ad Hoc no había casi nadie. Y una servidora –todo hay que decirlo– se sintió abrumada por esa ausencia de gente, porque en esos casos –en este en concreto y quizá subyugada por el título del libro– me invadió el miedo a la soledad.
Sin embargo, nos sentamos en el sillón azul, un sillón que nunca falla, y comenzamos a charlar y a charlar y así una cosa tras otra –hablamos de libros y librerías nómadas, de arte y de editoriales y editores, de poesía, de madres y de hijos–, nos dieron las 8, momento en que estaba convocado el acto.
Y en ese momento, volvimos a ese jueves 17 de octubre, una tarde en que se preveían lluvias pero que tornó en un sol fantástico. Al girarnos, la sala estaba llena de gente. No sabemos cómo ni cuando, pero en ese tiempo de charla distendida había ido llegando la gente, se había sentado a nuestro alrededor, nos miraba expectante.
De modo que así las cosas, cosas de la magia, asumimos como algo natural la transformación del espacio y ya está. Y es entonces, cuando comenzamos a escuchar primero a la veterana Charo Fierro –la editora con los ojos más brillantes que conozco–, en una pequeña introducción de Autofobia, a su edición y a la rapidez conque ella y Antonio Huerga, la otra media naranja de la editorial, decidieron publicar el libro, la magia que desde el inicio acompañó a todo el proceso.
¿Verdad –preguntó en un momento dado volviéndose hacia la autora–, que nos han sucedido cosas sorprendentes?
De modo que Cristina Serrano tomó la palabra. Y nos explicó cuál había sido la génesis del libro:«¿por qué no escribes algo de terror?», parece ser que le dijo su hermana.
[su_youtube url=»https://youtu.be/lFP9aiJqq_U» width=»720″ title=»Vídeo de la presentación del libro de relatos Cristina Serrano «Autofobia»»] [su_spacer size=»30″]Y claro, planteado el reto, llegó Autofobia. ¿Porque acaso existe terror más profundo que ese que se tiene a estar solo con uno mismo? Y de ahí también –con una voz dulce, casi melódica–, Cristina Serrano que nos habló de sus intenciones a la hora de escribir el libro. Molestar, remover, que haya una segunda lectura, que nos quedemos incómodos, que cada una de las historias «nos toque», son algunas de las reacciones que busca, nos dice. Y yo la creo, claro que sí, de la primera a la última palabra. ¿Que por qué? Pues porque me he leído el libro y he sentido ese desasosiego de cada uno de sus personajes, esa cuerda floja en la que se balancean sus vidas. Y cómo no, una parte de mí, una parte de nosotros –«las obsesiones son buenas», insiste Cristina–, se ve reflejada en las vicisitudes de esas nueve mujeres. Hay un reconocimiento. Hay un leerse a uno mismo casi como mirarse en un espejo. Y hay terror, sí, eso seguro: a uno mismo, a sentirse «fuera de» y perdido, a desorientarse, a la falta de identidad, al propio escapismo. Porque realmente, si nos ponemos serios, ¿podría ser de otra manera?
Enhorabuena a Cristina por este libro valiente y también, cómo no, a los valientes editores de Huerga y Fierro.