Cine y literatura: inseparables

Estamos en esa temporada del año en la que se habla mucho de cine. Este arte, desde sus comienzos, ha estado ligado inseparablemente a la literatura. Al poco tiempo de que los hermanos Lumière presentaron la técnica cinematográfica esta se reveló como una fascinante manera de contar historias. Tanto fue su éxito que, a día de hoy, existen ciertos celos entre los defensores de la una y del otro. Lo que es una evidencia es la enorme fuente de inspiración que va en un solo sentido: de la literatura se han han hecho muchas adaptaciones al cine, más o menos rigurosas y con un acierto bastante dispar.

La actriz Emma Thompson ganó un premio Oscar por la adaptación de la novela «La mansión» por parte de de E. M. Forster por parte del director James Ivory

Lolita de Nabokov es considerada de manera unánime una obra cumbre literaria. Pero la película homónima de Kubrick es una maravillosa experiencia sensorial, tanto para quienes hayan leído la novela como para los que no; al fin y al cabo, la interpretación del director es una de las posibles del relato escrito, tan válida como la nuestra propia pero muy valiosa por sus cualidades narrativas, de hecho, en este caso, fue el propio Nabokov quien hizo el primer borrador del guión. A menudo, meternos en la imaginación de un realizador es en cierto modo incompatible con aquello que imaginamos nosotros cuando leímos el texto, es un solapamiento de intimidades que a veces nos incomoda.

Lo que es indudable es que es una dialéctica y una rivalidad que siempre existirá, pero que es tremendamente productiva. Como muestra la tabla que os hemos seleccionado a continuación. Son muchas, pero hay muchas más. Os invitamos a explorar el maravilloso hilo que comunica ambas artes, como un funambulista en difícil equilibrio, pero dependiente de los dos puntos que tensan el cable.

(Si estás viendo la tabla en un dispositivo móvil te recomendamos que lo pongas en posición apaisada)

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