El pasado viernes 29 de junio se presentó en Cafebrería ad Hoc, el libro Cuando fuimos malos, antología de cuentos que reúne la autoría de profesores y alumnos de la Escuela de escritores. Una compilación de relatos breves que aborda los límites entre la travesura y la bondad innata que se les presupone a los niños -a veces tan cruel- desde su misma portada, obra de Cristina Solinís.

Portada de Alicia Solinís

Imagen de la portada, con collage obra de Alicia Solinís

Nuestro compañero ad Hoc y autor de dos de los relatos, Antonio Marín, hizo las veces de anfitrión y abrió la charla presentando el libro junto con otros autores como Nerea Garrán, Enrique Valladares o Rosa Márquez; después dieron paso al director de orquesta, Ignacio Ferrando, escritor, profesor y director del Máster de Narrativa de la Escuela de Escritores que nos contó algunas anécdotas del recorrido del libro. Habló de su elaboración, sus estéticas y sus tonos, y nos ofreció una guía encantadora sobre los niños y niñas, no tan encantadores más bien bastante terribles, de la literatura universal: las gemelas de El resplandor de Stephen King, los niños de El señor de las moscas de William Goldwing, Perú de Gordon Lish, Los gemelos de Klaus y Lucas de Agota Kristof y muchos otros que pasaron de boca en boca mientras viajábamos, como infantes macabros, hasta detenernos en el clímax de este debate: Lolita de Vladimir Nabokov.

¿Es una ninfa perversa? ¿Víctima de la obsesión de un hombre trastornado? ¿Está proto sexualizada? ¿Es moral? Al final hubo acuerdo y todos nos comportamos como adultos. Uno esperaba sacar la barca y hacer meeting en la bajada del río Missisippi. Fue mejor que eso.

A continuación, Luz B. Sánchez, autora de uno de los relatos y flamante finalista de nuestro primer concurso de relatos breves ad Hoc, leyó un microrrelato sobre la mal pagada pero reconfortante actividad del escritor.

Asistentes a la presentación posan con el libro

Los ejemplares de la antología volaron de las estanterías

Tras un debate muy interesante con una colaboración total e interactiva del público, llegaron las firmas y los tentempiés, las sonrisas y las cervezas.

Estos ¨niños traviesos¨ no dejaron un solo ejemplar de Cuando fuimos malos en las estanterías.
No se preocupen, hay más de camino. En Cafebrería ad Hoc.